Es el caso de la eliminación del límite de edad para el
acceso a la Policía Nacional o el de los bomberos. Aunque también ha cundido el
ejemplo en muchas comunidades autónomas en lo que respecta a la policía local,
aunque en este caso incrementando los limites en lugar de eliminarlos.
Hay distintos argumentos a favor de la eliminación de dichos
límites, ya que una persona de 34 años, por poner una cifra, puede reunir
perfectamente los requisitos físicos necesarios de la misma manera que una
persona de 29 y tener unas adecuadas aptitudes para el aprendizaje.
Es lógico pensar además, que con el aumento de la vida
laboral que vamos a sufrir tras el retraso en la edad de jubilación estos
límites deberían ser, como mínimo, revisados.
Por si fuera poco, muchos opositores se han encontrado estos
últimos años con una oferta de plazas ridículas, fruto de la congelación de la
oferta pública de empleo, que en el mejor de los casos, permite cubrir el 10% de
las bajas. Ello ha provocado que miles de opositores que todavía estaban a unos
años de llegar al límite de edad se hayan encontrado con que no podrán seguir
con su oposición con la situación actual, como el caso de los opositores de la
Guardia Civil.
No obstante, más que
pensar en aumentar la edad máxima, deberíamos analizar si no sería más que
suficiente modificar los procesos de selección y permanencia, de forma que
puedan tener posibilidades de acceso los mejores, sin discriminar por edad.
Pero en la empresa privada también nos encontramos con
barreras. Por ejemplo el cacareado contrato
de formación actualmente sólo es posible para menores de 30 años. Entendemos que a diferencia de países
avanzados en los que una persona puede cambiar de profesión (bien por decisión
personal, bien porque el paro de larga duración le obliga a probar suerte en
otros sectores) en España, pasada la frontera de los 30, la suerte está echada.
Una pésima noticia para los parados de larga duración españoles que pensaban en
reciclarse profesionalmente.
Se puede argumentar que estel límite de edad se explica por
nuestra alta tasa de paro juvenil, pero tras conocer la experiencia de las
personas que disfrutan de estos contratos y las condiciones que se suelen ofrecer,
podemos sospechar que los tiros van dirigidos a impulsar una medida para tener mano de
obra barata, cuando la razón oficial es el interés por formar a los jóvenes…
No hay comentarios :
Publicar un comentario