En otras circunstancias, los estudiantes podrían encontrar
un trabajo que les hiciese más llevadero el curso hasta que se les abonase la
beca (o incluso una vez abonada, ya que en contra de la opinión de muchos, la
beca no tiene el mismo importe que un boleto premiado de la lotería). Pero con
tasas de desempleo superiores al 25%, mucho más alta si hablamos de desempleo
juvenil, las oportunidades son muy escasas.
De esta forma, y por segundo año consecutivo, muchos alumnos
serán expulsados de la universidad por no tener dinero. Todo un logro para un país
que se supone que es la cuarta economía de la UE y un buen eslogan para la
marca España.
Hagamos un ejercicio egoísta y olvidemos por un momento a
todos los alumnos sin recursos que no tienen beca (es perfectamente posible en
España, pero es otro tema) y centrémonos en los que sí tienen derecho. Muy
bien, pues miles de ellos, no sólo de la Comunidad de Madrid, también estarán al
borde de la expulsión o directamente abandonaran la universidad a los dos meses
del inicio de las clases.
El motivo es que el proverbial retraso en el abono de las becas,
puede quedar en una anécdota con la nueva reforma de las becas. Hasta ahora cobrar
en enero era algo normal, lo que provocaba que los alumnos sin recursos
tuvieran que malvivir desde el inicio del curso al no tener en muchos casos
ningún ingreso.
Con la nueva reforma todo indica que los plazos se alargarán.
Al constar ahora las becas en dos partes, una fija y otra variable que dependerá
de la cantidad de becarios y la nota media, la tramitación se presume más compleja,
por lo que conociendo el sistema informático del Ministerio y su lentitud, no
podemos más que esperar que las resoluciones lleguen bastante más tarde.
Ante esta tesitura, muchos alumnos simplemente tendrán que
dejar sus estudios por ser pobres, con independencia de las matrículas de honor
que tengan a sus espaldas, así de duro es. Aparte del importe de la beca es muy
importante cuando se recibe, ya que si el objetivo de la beca es afrontar el
curso no tiene sentido que se abonen, por ejemplo, en marzo, a dos meses de que
concluya. Esperemos que se aclare este aspecto, aunque ya sabemos que lo de dar
explicaciones, no va con este Gobierno.
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