Curso complicado para los universitarios (sobre todo si eres madrileñ@)

lunes, 22 de julio de 2013

El Gobierno se ha propuesto amargar las vacaciones de verano a los estudiantes universitarios, sobre todo, a los madrileños. En los últimos días hemos conocido que las tasas de matrícula aumentarán la friolera del 20%, llegando en algunas ramas a rozar el 30%. Una noticia que puede cortar la digestión de muchos, sin necesidad de tener que bañarse en agua fría inmediatamente después de comer.

En otras circunstancias, los estudiantes podrían encontrar un trabajo que les hiciese más llevadero el curso hasta que se les abonase la beca (o incluso una vez abonada, ya que en contra de la opinión de muchos, la beca no tiene el mismo importe que un boleto premiado de la lotería). Pero con tasas de desempleo superiores al 25%, mucho más alta si hablamos de desempleo juvenil, las oportunidades son muy escasas.

De esta forma, y por segundo año consecutivo, muchos alumnos serán expulsados de la universidad por no tener dinero. Todo un logro para un país que se supone que es la cuarta economía de la UE y un buen eslogan para la marca España.

Hagamos un ejercicio egoísta y olvidemos por un momento a todos los alumnos sin recursos que no tienen beca (es perfectamente posible en España, pero es otro tema) y centrémonos en los que sí tienen derecho. Muy bien, pues miles de ellos, no sólo de la Comunidad de Madrid, también estarán al borde de la expulsión o directamente abandonaran la universidad a los dos meses del inicio de las clases.

El motivo es que el proverbial retraso en el abono de las becas, puede quedar en una anécdota con la nueva reforma de las becas. Hasta ahora cobrar en enero era algo normal, lo que provocaba que los alumnos sin recursos tuvieran que malvivir desde el inicio del curso al no tener en muchos casos ningún ingreso. 

Con la nueva reforma todo indica que los plazos se alargarán. Al constar ahora las becas en dos partes, una fija y otra variable que dependerá de la cantidad de becarios y la nota media, la tramitación se presume más compleja, por lo que conociendo el sistema informático del Ministerio y su lentitud, no podemos más que esperar que las resoluciones lleguen bastante más tarde.

Ante esta tesitura, muchos alumnos simplemente tendrán que dejar sus estudios por ser pobres, con independencia de las matrículas de honor que tengan a sus espaldas, así de duro es. Aparte del importe de la beca es muy importante cuando se recibe, ya que si el objetivo de la beca es afrontar el curso no tiene sentido que se abonen, por ejemplo, en marzo, a dos meses de que concluya. Esperemos que se aclare este aspecto, aunque ya sabemos que lo de dar explicaciones, no va con este Gobierno.

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